22 de septiembre de 2005

Variaciones sobre la Deuda 2



Las deudas sobre la mesa

Los argentinos nos levantamos un día y nos informamos que debíamos cada uno de nosotros una cantidad de dólares que en mi puta vida, le juro, pasaron por mis manos.
Para enterarme de los porqué de tamaño endeudamiento, acepté la invitación a la mesa redonda que muy atinadamente Ud. bautizó La Deuda, así, en mayúsculas. Y ese fue el motivo por el cual me hice presente la otra noche en la sucursal local de la Universidad de Ciudad de la Virgen.
En los papeles parecía que todo saldría como lo habían planificado, según Ud. me refirió.
Los oradores perfectamente invitados, implicada la dirección universitaria, con la cobertura de los medios masivos y la complicidad del centro de estudiantes.
Sin embargo, como decía Macedonio “en esa fiesta había tantos ausentes que si faltaba uno más no tenía sitio”.
Demasiado valioso es Ud. para desperdiciarlo en un fracaso anunciado.
Ud. podría, con un elegante paso al costado, haber producir un hecho político. Podría perfectamente haber descubierto la trama, haberse subido al carro de los derrotistas.
Aunque yo que lo conozco, sé que Ud. siempre será fiel a sus principios, pero alguna vez, por su salud mental se lo digo, debería haber sopesado más los fines.
Porque Ud. es un ingenuo, permítame que le diga. Sus errores de cálculo terminaron siendo de colección.
¿Para qué organizar una mesa redonda sobre la hipoteca mayor que soporta la Argentina? ¿A quién cree que le importe? ¿A quién le agrada que le recuerden sus deudas?. Si teníamos todo arreglado, ya estábamos tranquilos con la “quita”. Y si finalmente no la podemos pagar, que la pague Montoto.
Para colmo justo ese día se cumplían 50 años del golpe de estado del 16 de septiembre del ´55, de aquel acontecimiento donde al gran general lo desalojan del poder, pero no de la historia. Y estábamos a poco más de treinta días para las elecciones generales de octubre donde habrá reválida de títulos.
Faltaba a la cita el Orador Principal, el peronista candidato a diputado por la Izquierda Gorila. El hijo del padre que le aseguró a Ud. que iba a estar, aunque le faltó decir ausente.
Y lo vi a Ud., pasada ya la hora del comienzo del evento, seguir afirmando a la Responsable Universitaria la presencia del Orador Principal, mientras se lo veía en la tv a éste pasearse por la Plaza de Mayo, muy lejos de allí, en vivo y en directo.
Y cómo no se le ocurrió pensar, iluso creyente de la palabra empeñada, que en plena campaña electoral es más rentable una cámara de la televisión nacional que un diálogo con jóvenes universitarios del empobrecido conurbano bonaerense. Y que además el tipo andaba en los preparativos del cumpleaños del viejo, el número ochenta, que se festejaba al día siguiente.
Tampoco había aparecido el Tercer Orador.
Sólo quedaba una jugada, la de bajarse. Alternativa en la que coincidían tanto Ud., como el otro miembro del Círculo Organizador y también la Responsable Universitaria.
Pero no contaban con el Segundo Orador, el máximo gladiador ideológico, el hasta ese momento único orador presente y a quien, con sus principios blindados, nunca se le podía pasar por la cabeza la idea de que si había hecho 35 kms. para llegar hasta ahí, se fuera sin pronunciar palabra alguna.
Finalmente, ante la resignación, comenzó el acto.
Y cuando todo parecía encaminarse a un dulce y monótono monólogo de revolucionario tardío, apareció el retrasado Tercer Orador. Que cuando le tocó el uso de la palabra, comenzó justificando su demora con un alevoso reproche a Ud. por haberle informado incorrectamente los horarios iniciales, continuó con una recriminación a esos ingratos estudiantes ausentes y concluyó con un discurso eficaz, apenas, para cautivar a la propia tropa, pero que incita sólo a la flagelación de la nostalgia.
Esto es lo que se dice que todo salga perfectamente, perfectamente como el culo.
Que el diablo metió la cola no tengo ninguna duda. ¿Por qué sospecho que todo fue planificado por el diablo?. Porque hay que saber mucho como él para equivocarse en todos los puntos y no casualmente en algunos.
También merecería un párrafo aparte el Círculo Organizador, esos mundos paralelos que forman ese triángulo de cuadros contrariados. Porque tres, siempre le digo, es un número místico. Y sus componentes deben estar lúcidamente preparados para integrar una ménage a trois.
Gracias por la invitación, se lo agradezco porque aprendí mucho. ¿Sobre la deuda? ¡No!, sobre la deuda no, acerca de la conducta humana aprendí mucho.









Variaciones sobre la Deuda 1

La Deuda
La Deuda Externa es una realidad a la cual no se la puede ignorar, ni tampoco subestimar. Sin embargo durante mucho tiempo fue prácticamente desestimada. Tanto es así que hasta un presidente constitucional sostenía que se pagaba con dos cosechas.
Argentina es de esos pocos países, si no el único, que se autoabastece de alimentos y combustibles y que además los exporta y no ha tenido nunca grandes desastres naturales, muy comunes en otros lugares del mundo.
Sin embargo es uno de los más endeudados en relación al tamaño de su economía.
Por eso resulta a todas luces llamativo el gigantesco endeudamiento externo alcanzado, de un nivel tal que aún queriendo cumplir con los compromisos asumidos es prácticamente imposible hacerlo, a riesgo de poner a vastos sectores de la población en el límite de la subsistencia.
En el año 1982 el fallecido Alejandro Olmos, en una cruzada solitaria, inició una causa judicial con el objetivo de investigar los motivos del endeudamiento durante la dictadura militar, embrión de lo que va a ser después el monstruo de la deuda.
Contaba con suficientes pruebas como para presumir el carácter fraudulento de la misma.
Se citaban, entre otras, las siguientes:
*La inexistencia de un registro contable de la deuda externa, de sus intereses y de los avales del Estado.
*El desconocimiento del monto real de la deuda (discrepancia entre los balances y los registros).
*La existencia de una contabilidad paralela en el Banco Central.
*Los créditos tomados en bancos extranjeros eran depositados en plazos fijos en esos mismos bancos, a una tasa de interés inferior a la que se pagaba por conseguir dinero.
*Las empresas públicas eran obligadas a endeudarse para obtener divisas con las que sostener la apertura económica. Los dólares quedaban en el Central y a las empresas se les daban pesos al cambio oficial que no era el que regía en el mercado.
*Las divisas obtenidas eran volcadas al mercado para favorecer la política de apertura económica. Como ejemplo de esto se cita a YPF que hasta el golpe militar tenía una deuda de 372 millones de dólares y en 1983 de 6.000 millones de dólares.
*No había control sobre la deuda contraída con avales del Estado por las empresas privadas.
*El Estado se hacía cargo de la deuda externa privada, en primer lugar a través de los avales, luego a través de los denominados “seguros de cambio”.
Todos estos elementos pueden ser útiles como aportes para el gran debate que se debe el país.
Debate que debería elevarse por sobre postulados técnicos, que suelen encubrir intereses particulares, para encontrar una respuesta al problema de la deuda en el marco de la solución de los problemas generales de la Argentina.