Uno, por anticipado, como Discépolo, busca lleno de
esperanzas el camino que los sueños prometieron a sus ansias. Apostando a irse,
en el menor tiempo posible, con el cargamento efectivo de acumulación de máximas
experiencias.
Promovido por ese afán y sensibilizado por los deseos
satisfechos, el tipo se comunica enviando mails, cotidianamente, para compartir
experiencias y evitar el aislamiento afectivo en Floripa.
Estaba marcado que el lugar tiene atributos para alcanzar la categoría de excelente destino turístico. Millones de turistas, sobre todo argentinos, no pueden estar tan equivocados.
Marzo 6 Más allá que el inicio de un viaje no valida una evaluación
ni un juicio definitivo, sirve, al menos, como catarsis para conectarme con los
afectos a la distancia.
El bus: como no cabía esperar, el viaje, que ofrecía
sacrificio y resignación, resultó menos desgastante que relajado y con la
sensación de haber pasado muy rápido.
El hotel: se lleva todos los laureles. Cuatro estrellas, merecidas,
por limpieza, confort, atención, comidas, etc.
El tiempo: desafió todos los optimistas pronósticos, fresco,
nublado, lloviznoso.
Paisaje: desmesura. Si vale la comparación, San Luis es a
Córdoba lo que Córdoba a Brasil. ¿Se entiende la escala?
Economía doméstica: parece un poco cara, o al menos no más
barata que allá. Todo no sale menos de 5 reales. Y la ropa, o las zapatillas,
igual a lo que estamos acostumbrados.
Bueno, después de todo, como decía el finado Saramago, el
objetivo de un viaje es solo el inicio de otro viaje. Besos
PD: siempre en mi ausencia se producen sucesos
extraordinarios. Ejemplo: la
hiperinflación, la toma de la Tablada, etc. Ahora la muerte del comandante
Chávez.
Me cuesta percibir el valor de la oferta. Aunque no sirve prejuzgar. La playa no es de las que me gustan, demasiado angosta. Pero el mar, el mar. Instiga al regocijo.
Marzo 7 Hasta ahora, el tiempo nos fue esquivo. El sol brilló
por su ausencia. Y, sin embargo, le damos las gracias a Dios. Porque sin sombrilla, me
la compré a la tarde, el cielo nublado fue una bendición que nos permitió disfrutar sin acaloramientos de la hermosa y cercana playa Cachoeira do Bon Jesús, con aguas calmas
y cálidas, ideal para seguir haciendo… la plancha!!!.
Sin lugar a dudas sólo la hipótesis de placer permanente sostiene una industria turística permanente.
No es el sol el único ausente. Ni seguridades ni
inseguridades. No vimos ningún uniforme. Y tampoco ningún incidente. Apenas algunos
jóvenes en fumatas mariguaneras. Aunque, como dice Coelho, si pensás que la
aventura es peligrosa, probá la rutina. Es mortal.
El almuerzo atrasado, la siesta reparadora y, a pesar del nublado y las cremas protectoras, las leves quemaduras, motivos suficientes para quedarnos en el hotel. Que, como verás, no es ningún sacrificio.
No podés imaginar el reconfortante episodio gastronómico en
el hotel.
La cena buffet a discreción, y la ridícula solemnidad de la
ceremonia de los comensales que suponen participar de un acontecimiento.
Una multitud de hombres y mujeres que
dan vuelta sin tregua alrededor de las góndolas para procurarse esos pequeños
placeres con los que revientan el estómago pero le dan satisfacción a su alma.
Habrá que poner alguna moneda, piensan los políticos del
poder, para fomentar esa potencia movilizadora que es el turismo para que los
ciudadanos la pasen bien, con la condición de que no piensen en otra cosa que
pasarla bien. Y reelecciones eternas.
Nunca podía faltar para el viajero en busca de una aventura,
de conocimiento, de cultura universal, de esparcimiento, meterse en un mar de
publicidad de propuestas excursionistas. Viajes en barcos, grandes y pequeños,
en micros, viajes que duran desde tres horas a cinco, y hasta todo el día.
Visitando islas, playas, fortalezas, Blumenau, Camboriú, Bombas y Bombinhas y
otros destinos.
Un buen auto siempre garpa pero hacer excursiones tiene su público. Entre los que me incluyo. Me voy mañana
todo el día a visitar varias islas y playas. Mañana te cuento, cariños
Sobre todo por las obviedades, preferiría, frente a estos paisajes, redefinir, en adelante, la abrumadora cantidad de belleza.
Marzo 8 Las excepcionales condiciones del
tiempo de días anteriores, nublados y lluviosos, que por otro lado no impidieron
disfrutar de las playas de Canasvieiras, no podían convertirse, solo el dinero o la salud podrían hacerlo, en la antesala de una imposibilidad para realizar
excursiones. Sobre todo cuando el imantado Brasil ejerce una poderosa atracción.
Sin embargo, resultaba
comprensible que uno se ocupara de ciertos pormenores.
Una de las precauciones obligadas
que había que tener en cuenta, como
ciudadano de a pie que soy, era que, al desconocer las distintas playas que visitaríamos y los
horarios, debería descartar la existencia de resguardo para los rayos de
sol.
En relación al tema, el guía del
viaje a Florianópolis, el simpático cordobés Leo (los guías deberían ser motivo
de otra nota), quizás sobornado por la Secretaría de Turismo de Argentina,
entre otras advertencias apocalípticas (cuidarse de salir solo de noche, de
controlar los precios, etc.), nos advirtió severamente por los efectos del sol
de la zona. Es el lugar del planeta, dijo, donde la capa de ozono es más
delgada. Por si las moscas, me compré una sombrilla y el protector factor 60.
Consolidada mi identidad de epicureano, poseo el atributo para aprovechar, mientras se pueda, de las pequeñas muestras del paraíso cercano de la tierra.
El micro que tomamos era de un
piso, pero de porte grande y moderno. Y con pasaje completo.
Se destacó el guía, un tucumano
joven y alegre, con un humor simple y previsible, que aunque no califique para
Tinelli, sin embargo, nos hizo placentero el viaje. Hasta que lo perdimos en
Porto Belho, producto del cambio del micro (prohiben en la zona la entrada de
micros) por varias combies.
Largados con la combie en busca de las anheladas playas, con la fascinación
de un exiliado que vuelve, aunque despojado de salvajismo hedonista, no vacilaría
en lucrar con las ventajas que ofrecen
al recién llegado.
Con Cuatro Ilhas, Bombas y
Bombinhas, fue suficiente, por hoy!!!.
Dice Galeano: “…sueñan los
nadies con salir de pobres, que algún mágico día llueva de pronto la buena
suerte”, esa buena suerte que les permita, por ejemplo, ubicar a estos paisajes maravillosos en la lista de
los destinos que no deberían dejar de conocer antes de morir.
PD: los “arbolitos” brasucas te
cambian a $ 3,75 x real. Se están avivando con el tema tarjeta, algunos te
hacen descuento por pago con reales. Por lo menos acá no está nada barato. Más
o menos como allá, y a veces más caro. Algo que no me entra, Canasvieiras no tiene
ningún café como conocemos. Me mata no poder tomar un café después de cenar. Y
estoy en ¡!!Brasil!!!.
La tarjeta está recargada. Cada
vez que salgo la recargo. Me compré remeras, gorra, zapatillas. Dios proveerá.
Abrazos
Como los cigarrillos LM, el hotel Al Mare marca tu nivel.
Marzo 9 Intrascendente jornada. Desde la
noche anterior llueve torrencialmente. Imposible cualquier salida. A quién
puede interesar, entonces, las acciones desarrolladas puertas adentro de la
habitación de un hotel. Evidentemente, sólo a los protagonistas.
La Armada Invencible se prepara para la batalla cotidiana.
Marzo 10 Desperté temprano, muy temprano.
Por la ausencia, muy sentida, del celular, no había manera de saber la hora, ni siquiera el puto
tv tiene, como en Argentina, la hora oficial.
Para decirlo poéticamente, febo
asomó a través del vidriado ventanal e iluminó mi rostro.
No podía ser real, si el sol no
brillaba a cielo despejado desde que llegué. Sobresaltado, me vestí rápido y
bajé a desayunar. Pero resultó ser las seis de la mañana. Y la cocina no abría
hasta las siete.
Demás está decir que no desaproveché la oportunidad para caminar bien temprano las playas.
Vuelvo a confirmar, por si hiciera falta, que no hay mejor momento que los amaneceres y los atardeceres para descubrir lo mejor de las playas.
Pasé revista a deportistas,
caminadores y trotadores, y a tomadores de sol sin culpas.
También cangrejos, tortugas,
cardúmenes y a variados pájaros ávidos de desayunarlos.
Lo demás, lo previsible. Desayuno,
vuelta a la playa y al agua hasta el mediodía. Almuerzo, imprescindible siesta
y vuelta a la playa y al agua hasta casi la cena.
Atardeceres playeros
Marzo 11 La incorporación de excursiones le otorga a un viaje de
descanso, casi nunca lo es, una cuota apasionante de acción y aventura.
Estimula a tomar relativamente en serio la idea de calificar de exitosa
cualquier vacación.
Sentía, al llegar a Floripa, que se debía comenzar
conociendo las playas de la isla, la mayor cantidad posible, al menos las más
nombradas.
Además conocer algo de su historia. Por ejemplo, que los
habitantes la nombran Floripa. Porque el nombre de Florianópolis deriva de un déspota y
despreciado gobernador militar llamado Floriano que en un ataque de
egolatría dispuso ponerle su nombre a la isla. O que Canasvieiras era el feudo
de un terrateniente llamado Vieiras que producía cañas de azúcar. Una de las
bebidas tradicionales de acá es la “sopa de caña”, una exquisita, doy fe,
bebida hecha con un exprimido de la caña con jugo de limón.
Historias éstas, a veces mitos a veces reales, que
caracterizan a cualquier paseo contratado. Meros detalles que para cualquier
conocedor podían resultar anodinos pero que fascinan a los profanos que se
inician en los vericuetos de un paseo exploratorio.
Por supuesto, para justificar su condición de elemento
insustituible, toda la narrativa es protagonizada por los sujetos de repetidas
referencias, los guías (merecedores de nota aparte).
Cuenta, Floripa, con todos los atributos naturales para convertirse, entre otras virtudes, en un auténtico destino playero.
Jureré, Barra de Lagoa, Joaquina, Dos Ingleses. Una
seguidilla de playas recorridas en el día.
Una vorágine que consistía en fijar la sombrilla y meterse
en el agua menos horas que momentos.
Aunque, como para un buen catador, que no necesita tomar
demasiado para saborear y calificar el valor de una bebida, el tiempo fue
suficiente para reconocer las bondades de cada una.
Y terminar, cada vez, como en el tango, diciendo...no habrá
ninguna igual, no habrá ninguna.
Cada día que pasa se extrañan más los afectos lejanos, pero
menos las costas argentinas.
Marzo 12 Ya habituados a la resignación de saber que, inexorablemente, el tiempo es cambiante, corresponde entonces entregarse. No obstante, sin necesidades ni urgencias, no es impedimento para poder hacer, durante horas, la plancha cotidiana donde lucen las virtudes de las aguas de Canasvieiras.
Marzo 13 Día de mallas mojadas. Para que mis amigos no me tilden, sin mayor rigor, de
exagerado, me atrevo a consignar un posible logro del paseo brasileño. Batir el
récord de permanencia en el agua.
Te lo había adelantado. Cada vez que salgo de vacaciones se
producen sucesos extraordinarios. La muerte de Chávez días atrás, hoy con la
elección papal de Bergoglio.
Noticia que conocí de la mano de varios brasileños en la
playa, el que me alquilaba las sillas y el vendedor ambulante de queso caliente,
que no sé cómo se dio cuenta, debo tener cara, que era argentino y me comentaron
y felicitaron por el Papa argentino.
Por si no bastara, en la desmesurada naturaleza de Brasil compiten un conglomerado interminable de islas y morros, casi asfixiados por la presión del atlántico, y sus aguas cálidas.
Marzo 14 En vísperas del nuevo día, todos nos preguntamos, como el
camarada Ulianov, qué hacer, mientras esperamos las citaciones del clima.
En realidad, aparte del deseo, impera el desconcierto.
Ocurre que estamos convencidos, con ciertos fundamentos, de paranoia lícita.
Sin embargo, por una cuestión de actitud, vale la fórmula
Diego Torres. Saber que se puede. Querer que se pueda. Pintarse la cara color
esperanza.
Se apodera de nosotros, entonces, mientras se presiente que,
implacablemente, se nos viene el fin del viaje, aquello que los optimistas
pueden llamar turistas felices.
Y, aún, sabiendo que el clima nos hará sentir la ofensiva del
escarnio, al que ya estamos, por otra parte, habituados, aguantar es la
consigna. De todos modos, hasta ahora, las continuas atrocidades cometidas por
el “enemigo”, no fueron un impedimento, al contrario muchas veces, para procurar
satisfacciones.
En fin, un día con poco sol, poca lluvia, poco vientos, mar
calmo, de a ratos picado. Agua más fría de lo común. Presencia playera a full,
almuerzo incluído, y baños marinos a discreción.
Puente Hercilio Luz, como el obelisco para Buenos Aires.
Marzo 15 El protagonista del verano, el clima, el “enemigo”, nos
despidió con todos los honores. Nos obligó, por segunda vez, a pasarlo sentado
frente al televisor, en la net, o en el lobby, con los compañeros de
infortunio.
Para concluir. El paseo fugaz por el país limítrofe, nos
dejó un sabor muy agradable. Pocas cosas negativas, muy pocas, que, en
agradecimiento a los buenos momentos pasados, merecen disimularse. No hacerlo
sería una injusticia.
Ahora podría decir, parafraseando a Rimbaud, que el viajar es una estupidez. Probablemente lo sea. Pero sin el viaje la vida no tendría mucho sabor, acaso ni siquiera sentido.
Fin del viaje. Principio de la epopeya.
Todo aquel que en un viaje a Brasil no se relacione con una “garota”, pierde, pierde con énfasis. Y los amigos, aunque simulen compadecerlo, sigilosamente,
por detrás, se mofarán.
Para evitar convertirse en un perdedor compulsivo deberá
probar fehacientemente, para que las dudas se desvanezcan, aunque sea módica y
patéticamente, que aprovechó las oportunidades.