Cordillera andina: columna vertebral de nuestra América
La posibilidad de observar estos suelos escarpados, desde el llano, desde un puente, desde el micro, entre piedras y nubes, es de las cosas que más me conmueven.
Las fotos. Eso es siempre de lo mejor en cualquier viaje. Sirve para activarme los sentidos cada vez que veo las últimas imágenes en colores, o las desvaídas fotos blanco y negro de hace años.
Solos o acompañados: he ahí el dilema
Hay quienes detestan los viajes turísticos grupales. Creen que no son más que una mentira organizada. Que si nada puede fallar, si está todo fríamente calculado, no tiene gracia alguna.
Elegidores de ignorancia supina a clases magistrales de los imprescindibles guías, no se bancan, además, los horarios regimentados, los protocolos de las comidas incluidas en el paquete y, sobre todo, a cincuenta turistas al mismo tiempo disparando sus cámaras con ojo bestial.
Sin embargo, los cuantiosos escépticos que se animan a romper prejuicios, rápidamente se acostumbran al organizado aprovechamiento sistemático del ocio.
Y en realidad, ambas interpretaciones, la del viaje individual y las colectivas y controladoras experiencias turísticas, son inteligentemente erróneas.
En el fondo, inexorablemente, todos las viajes se examinan desde el final. Anima, además, la definición de «viaje» del gran poeta portugués, que no podemos dejar de pensar cuando viajamos.
De últimas, las impresiones grabadas constituyen una extensión de nuestra personalidad.
Y la realidad y las experiencias vividas solo la podemos describir a través de un prisma personal y único.
Yamila, Yésica y el Nano (que no es Serrat): los guías
Yami y la Yesi
La incorporación de excursiones estimula a tomar relativamente en serio la idea de calificar de exitoso cualquier viaje de turismo.
Nunca puede faltar para el viajero en busca de conocimiento, de esparcimiento, de sacudirse la nostalgia, una cuota apasionante de acción y aventura.
Descubrir historias, reales muchas veces, mitos otras, caracterizan a cualquier paseo contratado. Meros detalles que para cualquier conocedor podían resultar anodinos pero que fascinan a los profanos que se inician en los vericuetos de un paseo exploratorio.
Por supuesto, para justificar su condición de elemento insustituible, toda la narrativa es protagonizada por los sujetos de repetidas referencias, los guías.
El relator de viaje, como el autor de un género literario, describe acerca de las personas o lugares que él ha encontrado o conocido, lo que ha visto o aprendido.
Aunque, para ser considerado exitoso, el relato no debe ser una simple colección de fechas y sucesos, debe tener una narrativa coherente y estructurada y el valor agregado de picardía y humor.
El Nano
El conocimiento se enriquece permanentemente, a lo largo de los viajes, mediante el aporte de estos personajes.